“El arte salva vidas” Ilayali Rivera
Por: María José Moro

Ilayali Rivera es una artista integral, bailarina profesional, docente y académica con una vida profundamente ligada a la danza. Desde pequeña, su entorno estuvo impregnado de arte, y eso marcó el camino que recorrería con pasión, disciplina y valentía. Su historia no sólo es una carrera artística, sino también un testimonio de lucha, resiliencia y amor por la vida.
Desde los dos años,Ilayali Rivera tuvo contacto directo con el arte. Su infancia no estuvo marcada por la tecnología, sino por las artes escénicas y la educación ortodoxa. Agradece haber crecido en un entorno donde la danza y la música eran parte de lo cotidiano. Fue a los cinco años, cuando su madre le anunció que tendría un hermanito, que vivió uno de los momentos más felices de su infancia.
Su vocación quedó clara cuando decidió, desde temprana edad, que la danza sería su camino. A los 12 años ingresó a su primera compañía profesional con el antro. Miguel Vélez Árceo. En un abrir y cerrar de ojos, se encontraba haciendo funciones y recibiendo un salario por bailar. Esa experiencia la conectó con su deseo más profundo: vivir para y por la danza, y hacerlo con excelencia.
A los 14 años, fue aceptada en una compañía de Bellas Artes en la Ciudad de México. Vivía sola y al mismo tiempo estudiaba el bachillerato. Con visión y astucia, negoció con su escuela para poder seguir bailando y asistiendo a competencias nacionales. Su capacidad para moverse entre el mundo académico y el artístico fue una de sus primeras muestras de liderazgo y determinación.
A los 16 años, su carrera dio un giro trascendental: viajó a Europa con visa de trabajo, lo que es muy difícil de obtener siendo mexicana y menor de edad. Allí comenzó a trabajar profesionalmente en compañías internacionales. Sus padres la apoyaron desde el inicio, confiando en su preparación y disciplina. En Europa, la exigencia era altísima “Un bailarín de 21 años ya es considerado viejo”, expresó.
Durante años, alternó su vida entre Europa y México. Aunque el ritmo era exigente, encontraba tiempo para continuar su formación académica. A los 15 años ya había comenzado la Licenciatura en Danza en la Universidad Veracruzana, donde tuvo como mentora a la Mtra.María González, quien nunca dejó de motivarla a concluir sus estudios, incluso cuando ella dudaba de su camino académico.

Su formación incluyó una carrera completa en ballet clásico con el sistema Royal, más adelante complementada con estudios en otras metodologías. Concluyó su licenciatura después de nueve años, pues se interrumpía constantemente por compromisos laborales en el extranjero. A pesar de sus altibajos como estudiante, terminó el grado y luego cursó una maestría en pedagogía para poder enseñar profesionalmente.
Pero su vida no ha estado exenta de momentos oscuros. Ilayali Rivera enfrentó trastornos alimenticios, como la anorexia y la bulimia, durante su adolescencia y juventud. Además, el duelo por la pérdida de sus abuelos la marcó profundamente. Sin embargo, logró sobreponerse a cada crisis con fortaleza, fe en Dios y la convicción de que su misión estaba en enseñar y compartir lo que el arte le había regalado.
Uno de los momentos más críticos de su vida fue cuando enfrentó una cirugía por un tumor de encéfalo supratentorial, una de las más difíciles a nivel médico. Estuvo al borde de la muerte, con apenas dos días de vida pronosticados tras ser dada de alta. Perdió la audición del oído izquierdo, la movilidad, y requirió silla de ruedas, muletas y bastón durante su recuperación. Su tratamiento médico fue guiado por el Dr. Alfredo Domínguez Sarmiento que da consultas en el Hospital Español Veracruz.
A pesar del dolor, su recuperación fue impresionante. En vez de tres meses en terapia intensiva, solo estuvo tres días. Poco a poco, volvió a caminar, hablar, y hasta dar clases. Hoy, sus días están llenos de niñas pequeñas que la abrazan, le sonríen y aprenden con ella. Ya no busca la perfección escénica, sino que sus alumnas sientan el movimiento, lo vivan y lo usen como forma de expresión personal.
Actualmente, Ilayali Rivera ha decidido permanecer en Xalapa, al lado de su madre, quien ha sido su apoyo constante. Ha rechazado regresar a Europa, a pesar de contar aún con una visa de trabajo, porque encontró su propósito en su academia “Children 's Dance”. Se define como una mujer fuerte, imperfecta, pero perfectible. Y si pudiera dejar un mensaje a los jóvenes, sería este: escuchen su cuerpo, su corazón, y jamás dejen de crear.
Ilayali Rivera invita a su Quinto Festival. Este año presentan el musical El Rey León, una puesta en escena llena de emoción, música y mensaje. La función se llevará a cabo el 29 de junio a las 12:30 p.m. en el Teatro J. J. Herrera. Los boletos ya están a la venta con un costo de 100 pesos y también se podrán adquirir el día del evento.
