Luis Flores García: "Y lo principal, yo tenía los dientes muy mal posicionados"
Por: Frida Díaz

Este doctor llega con el corazón en manos para darle a sus pacientes la mejor experiencia a aquellos que han tenido malas experiencias o simplemente les aterra la idea de visitar al dentista.
Con una mano te saluda y con la otra te quita el diente. Esta entrevista está llena de tips para una buena salud dental y anécdotas que no pasan por tu cabeza cuando te mencionan la idea de los riesgos que tiene un consultorio dental.
¿Qué te motivó a estudiar odontología y convertirte en dentista?
Siempre me interesó el área de ciencias de la salud. No tuve un acercamiento muy profesional con algún odontólogo, pero me interesaba desde niño cuando mis papás me llevaban al dentista.
Se me hacía muy interesante todos los tratamientos que realizaban. Y lo principal, yo tenía los dientes muy mal posicionados, entonces era como mi sueño poder ayudarme y ayudar a otras personas con problemas como los míos.
¿Cuál es tu especialidad o área favorita dentro de la odontología y por qué?
Mi especialidad es ortodoncia y ortopedia maxilofacial. También me gusta mucho la cirugía, aunque no pude llegar a estudiarla como especialidad.
Me encanta poder ayudarle a los pacientitos a mejorar su autoestima. Yo creo que por eso elegí la especialidad de ortodoncia, porque muchos pacientitos vienen con historias, con dientitos mal posicionados, con algunos complejos. Y me gusta mucho y es muy, muy gratificante ayudar a mejorar su calidad de vida.
Y en ortodoncia siempre vas a ver un antes y un después. Es muy bonito ver la foto final y compararla con la primera foto y saber que no solo quedó bonito, sino que también ayudaste a tener una correcta función en un organismo.
¿Cómo manejas a los pacientes que tienen miedo o ansiedad al acudir al dentista?
Yo creo que ese es de nuestros retos más grandes en el día a día, ya que yo creo que todos o la mayoría hemos tenido alguna experiencia negativa con algún dentista del pasado.
Y hay desde el manejo más simple, que es relajar al paciente, inclusive atenderlo en un consultorio aparte como este, donde no hay otra unidad trabajando al mismo tiempo. Eso ayuda mucho a que se aísle del ambiente. Reducir los ruidos.
El consultorio genera mucha ansiedad en los pacientes por el sonido de la turbina. Entonces tratar de evitarlo lo más posible. Y el manejo más complejo es cuando tenemos que dar ansiolíticos o medicamentos para que se relajen de manera farmacológico

¿Qué hábitos recomiendas para mantener una buena salud bucal más allá del cepillado diario?
Pues lo principal es estar siempre en contacto, en comunicación con tu dentista. Eso es muy importante. Acudir a revisión cada seis meses, mínimo una vez al año, para que podamos ayudarte a cuidar de una manera profesional.
Pero lo principal, como tú bien lo comentas, no nada más es cepillarnos, como nos dicen incluso hasta los comerciales, tres veces al día, sino cepillarnos cada vez que comemos. Si comemos cinco veces, cinco veces. Hay personas que hacen dieta, por ejemplo, para el deporte y tienen que hacer diez comidas al día, diez veces se tienen que cepillar los dientes.
Una correcta higiene. Ayudarte de alimentos que son, podríamos decir que ayudan a una autolimpieza, ¿sale? Cómo manzana, alimentos fibrosos, cómo pera. Y que al masticarlos te van limpiando.
¿Puedes compartir alguna experiencia en la que hayas tenido que tomar una decisión difícil como profesional?
Recuerdo mucho, hace unos 12 años, un pacientito tuvo una crisis convulsiva en medio de una cirugía. Fue una experiencia muy impactante, porque no solo fue la primera vez que yo tenía contacto con algún paciente con tendencia a convulsionar, sino que el hecho de estar en una cirugía, pues había sangre por todos lados saliendo del paciente, salpicando los muebles, salpicando a los asistentes.
Y yo nunca había tenido una experiencia tan cercana, más que la de los libros y prácticas, pero en muñeco. Entonces tuvimos que tomar la decisión de estabilizar al paciente, pero después resultaba que el paciente era dependiente de cocaína y era un niño de 14 años.
Sugerimos a la mamá hacer algunos estudios, y la parte yo creo que más difícil fue hablar con la mamá sobre los resultados, enfrentarnos a la negación, a qué nos echó la culpa de la convulsión. ¿Por qué convulsionó? Porque obviamente en la historia clínica nos negó, tanto la mamá como él.
La cocaína y la anestesia tienen una reacción adversa e intoxicó al paciente. Entonces nos tocó salir de esa situación, pero al fin de cuentas la mami entendió lo que había sucedido y dos años después vino a platicar conmigo y a decirme que el muchacho había entrado a una clínica de rehabilitación y que estaban pasando por una situación difícil, pero agradeciendo que en ese momento la apoyamos con esa situación.
¿Cómo te mantienes actualizado/a sobre nuevas técnicas o tratamientos?
Ahorita estoy actualizándome y continuando mi certificación con tratamientos de ortodoncia invisibles dirigidos por computadora.
Es lo mejor de lo mejor en ortodoncia. Tomamos las certificaciones, hacemos cursos. La misma compañía te invita, como ahora formamos parte de esa compañía, te invita a las actualizaciones que muchas veces son gratuitas.
Y a veces se hacen desayunos que tienen cierto costo para los especialistas como yo, pero como estamos activos dentro de la compañía también, a veces me invitan sin pagar algún costo por esos desayunos científicos y la verdad que me ayuda muchísimo. Aparte vamos a congresos anuales o semestrales,
El próximo mes tomamos una de rehabilitación sobre implantes, entonces siempre buscamos subespecialidades que nos ayudan mucho a ofrecer los tratamientos, los mejores tratamientos para nuestros pacientes.
¿Cuál ha sido tu caso más desafiante y cómo lo resolviste?
El simple hecho de tratar con seres humanos y no con objetos ya te habla de algo que no puedes manipular como cualquier cosa. Entonces siempre hay una complicación, pero se resuelven. A veces son quirúrgicas, a veces necesitamos complementos, necesitamos ayuda de especialistas.
Pero el secreto es que me he hecho de un grupo de especialistas que como yo nos actualizamos, y el hecho de no estar yo solo y de no querer abarcar más de mi especialidad, sino enfocarme a lo que yo manejo y que cada especialista se enfoque a lo suyo, nos ha hecho poder resolver de manera multidisciplinaria casos complejos. Como me viene a la mente el de un pacientito que tenía unas coronas, ya tenía unas endodoncias previas y se tuvo que hacer una epistectomía, que es un tratamiento para resolver complicaciones cuando ya no debe de generar ningún problema una endodoncia.
Sin embargo, pasa y se resuelve de manera quirúrgica, como te comentaba. Lo importante es rodearnos de gente, a veces hasta más preparada que uno mismo, para tener un buen equipo.