Entrevista con Cheri, artista digital autodidacta
Por: Adamari Siliceo

Cheri es una joven artista digital de 23 años, cuya pasión por el dibujo comenzó desde muy pequeña. Fue alrededor del 2018, cuando tenía 16 años, que descubrió el mundo del arte digital a través de tutoriales y speedpaints en internet. Comenzó a dibujar usando solamente su teléfono y el dedo, lo que dio pie a una exploración autodidacta marcada por la curiosidad y el deseo de crear.
La decisión de dedicarse de lleno al arte digital nació al ver la facilidad de conservar sus dibujos en formato digital. Su paso de compartir en redes personales a crear una página exclusiva marcó un momento clave: recibir interacciones positivas le motivó a tomarse el arte con mayor seriedad, dedicando sus ratos libres a mejorar y crecer.
En cuanto a herramientas, Cheri empezó con Sketchbook por la accesibilidad, luego experimentó con otras como IbisPaint y Medibang, pero regresaba a Sketchbook por familiaridad. Su evolución la llevó a trabajar con tabletas más especializadas y programas como Infinite Painter, cuyo interfaz se asemeja al de Procreate. Hoy crea desde una tableta digital Android adaptada a su estilo y necesidades.
Uno de sus primeros proyectos significativos fueron ilustraciones integradas en carteles durante su carrera en diseño, mismas que se expusieron en espacios como la biblioteca Carlos Fuentes. Estos trabajos marcaron el inicio de una aplicación más formal del arte digital dentro de un contexto académico y profesional.
Al describir su estilo artístico, Cheri reconoce una mezcla de influencias. Comenzó con figuras caricaturescas inspiradas en animaciones, pero con el tiempo evolucionó hacia un estilo más semi-realista y fantasioso. Estudia constantemente temas como anatomía, color y luz para enriquecer sus obras con técnica y profundidad.
Entre sus mayores inspiraciones artísticas menciona el impresionismo y artistas contemporáneos como SamDoesArts, RossDraws y Bloop. Estas referencias alimentan su pasión y la motivan a superarse técnicamente. Sus primeros tutoriales, recuerda, fueron sobre ojos y manos, realizados por creadoras como Yapura Meri y Piyo ASDF.
El equilibrio entre creatividad y técnica lo encuentra mediante ejercicios espontáneos como las "manchas" que le inspiran a crear desde lo inesperado. Además, mantiene un banco mental de referencias que nutre su imaginario visual. Para ella, la creatividad también se entrena.
En sus piezas más personales, Cheri suele ocultar elementos cargados de emociones como la tristeza. Aunque a simple vista puedan parecer ilustraciones simples o alegres, hay pequeños detalles que aluden a vivencias profundas, como si cada obra guardara un sello emocional.
Cuando se sienta a crear, busca primero referencias visuales y emociones que le activen la motivación. Diagnosticada con TDA, reconoce la dificultad para iniciar tareas, por lo que implementa ejercicios cronometrados con poses de referencia que le ayudan a calentar la mano y mantener el enfoque.
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Su arte ha pasado por diversas etapas: del dibujo en papel influenciado por el anime, al estilo redondeado de sus inicios digitales, hasta una transición hacia lo semi-realista. Esta evolución ha sido moldeada tanto por experiencias personales como por la práctica constante y el consumo crítico de referencias visuales.
El salto de lo tradicional a lo digital fue un proceso confuso pero emocionante. No comprendía capas ni pinceles, pero la facilidad de acceso a herramientas y colores la sedujo. Con el tiempo, el uso de recursos digitales se volvió una extensión natural de su creatividad.
Uno de sus mayores retos ha sido el autosabotaje. Cheri confiesa que ha tenido momentos de duda y comparación con otros artistas. Sin embargo, también ha aprendido a valorar su progreso, enfocándose en desarrollar técnica sin perder su identidad.
Recuerda con especial afecto su primera comisión: una ilustración navideña que vendió por apenas 20 pesos. También destaca el consejo de un maestro de preparatoria que la animó a estudiar arte formalmente. Estas experiencias fueron semillas de confianza en su camino.
De vender una comisión simbólica, pasó a participar en bazares y exposiciones. Aunque el miedo inicial era fuerte, el apoyo de su pareja y amigas le dio el impulso para intentarlo. Desde manteles improvisados hasta eventos más grandes como la H1MX, Chery ha crecido en confianza y proyección.
Poder vivir del arte digital es un sueño con el que está comprometida. Ha invertido años en formarse, practicar, aprender y compartir. Su carrera en diseño le ha permitido unir el conocimiento técnico con su sensibilidad artística, con la meta de seguir creando y profesionalizándose cada vez más.
"¡Hace cinco años nunca me habría imaginado estar dando una entrevista! No sé qué me espere dentro de cinco más, pero agradezco estar aquí y poder compartir lo que amo hacer". Con estas palabras, Cheri cierra una conversación tan honesta como inspiradora, dejando claro que su arte nace desde el corazón y apunta al futuro.