“Leer juntas para sentir distinto” entrevista con Ingrid Jigar
Por: Danna Cobos
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La cineasta y guionista Ingrid Jigar comparte su visión sobre la lectura como un espacio de encuentro, imaginación y empatía. Desde su experiencia en el club "Cine y Mujer", reflexiona sobre el poder transformador de los libros y su vínculo con el cine.
Desde tu experiencia, ¿qué tiene la lectura que sigue generando tantos vínculos entre las personas, incluso en esta época tan digital?
La lectura es muy importante porque no solamente te abre como la puerta a nuevos mundos o a nuevos, personajes, e incluso otras vidas. No es de un tiempo, sino que puedes viajar como a distintos tiempos, vivir los personajes como si tú estuvieras en los zapatos del personaje y pueden ser personajes que ya tienen muchos años aquí o están en el futuro también. Y eso te permite, que, a la hora de dialogar, lo sientes. El diálogo, a partir de una lectura puedes, sentirte identificado con otra persona y crear un vínculo.
¿Por qué crees que leer en grupo transforma tanto la experiencia de un libro? ¿Qué se gana al leer acompañadas que no sucede cuando una lee sola?
Se transforma en una experiencia colectiva. Deja de ser como personal, lo sientes personal, lo lees personal o cuando lo compartes, hace algo colectivo que probablemente también no es que todas tengan la misma perspectiva, sino que algunas tenemos una perspectiva y al dialogar otras tienen otra perspectiva. Y por medio del diálogo te van cayendo el 20 que a veces son cosas que a lo mejor tú tenías como una perspectiva porque no conocías y a la hora de escuchar a la otra, se transforma y dices, claro, esto está pasando, creo que eso es lo bonito como de leer en grupo, se se forma esta inclusión.
Hay libros que llegan en el momento justo. ¿Qué títulos has visto que conmueven o despiertan más conversación entre las lectoras del club?
Va variando un poco, hay lecturas que son muy familiares, algunas lecturas pueden ser muy crudas y entre todas es como está este sentimiento crudo porque estamos cercanas al contexto. Pero por otro lado, la mayoría de los libros que leemos son de autoras mujeres. Y creo que les interesa justo como estos temas más que unas lecturas específico, nos interesan historias que estén abordadas desde una perspectiva de una mujer, porque muchas hemos vivido como ese tipo de espacios.
Aunque veamos lecturas de hace 20,000 años seguimos identificándonos con cierto sentir, como vivencias de los personajes que dices. Bueno, a lo mejor ya en nuestro contexto, no estamos viviendo tanto eso, pero mi abuela, mi mamá, sí lo vivieron.
¿Qué valor tiene la literatura que habla de lo cotidiano, de lo íntimo o de las pequeñas cosas?
A veces parecen historias simples, pero mueven mucho.
¿La literatura que habla de lo cotidiano de lo íntimo o de las pequeñas cosas?
yo creo que justo eso es lo que más valor mayor tiene, O sea el mayor peso que tiene porque justo, o sea, esas pequeñas cositas que son íntimas y que uno le llame cotidiano. Que que tal vez esa cotidianidad resulta que yo la estoy viviendo, no tienen que ser como grandes personajes, no especificamente de mujeres que fueron presidentas, que okey. Sí, está muy bien, pero también en la cotidianidad. Cómo nos encontramos? No? Y resulta que. Estamos coincidiendo y estamos bien teniendo esas pequeñas vivencias que esos detalles son los que hacen que creo que hagan mayor conexiones porque de ser personajes como tal vez muy emblemáticos, unos grandes personajes con estas pequeñeces, la bajan y la hacen más terrenal, por así decirlo, más humano.
Entonces yo creo que a través de eso, creo que el lector se puede identificar. Las lectoras se pueden identificar más con ellas, aunque sean personajes que vivieron grandes cambios o revolucionaron, que no son personajes tan cotidianos. Pero verlos en detalles cotidiano. Creo que eso nos hace identificarnos más y crear esta empatía con el personaje.
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¿Crees que hay una sensibilidad distinta en cómo leen las mujeres? ¿Qué notas en las conversac yo lo llevaría entre las mujeres y la la perspectiva de género y dis residencias no?
O sea, creo que si hay una diferencia. Hay que pensaren qué contexto escribió cada libro, porque pues, hay etapas. No es lo mismo leer, Hamlet, no. Y analizar personajes femeninos desde Hamlet. Eh que ahora con lo que tenemos, o sea, si lo leemos, ahora decimos ay, oye, pobre ofelia. esta resulta que estaba viviendo este tipo de Violencias esto, lo otro, etcétera. Pero en ese momento, pues no era, o sea, no podemos juzgar de tal grado los personajes. Sin embargo, creo que sí existe esta perspectiva desde nos tocó leer como agua por para el chocolate. Y ahora sí, ya estábamos en así como de este personaje principal del que se enamora tita. El enamorado te da rabia, no? O sea, porque dices no manches antes si decía no, es que romanizábamos mucho el que él se quedara con la hermana para estar al lado de tita. No espérate o sea, no es, no está padre porque está aplicando muchas cosas violentas. No con tal de quedarse y encapricharse con tita, no en vez de que la deje ser feliz, no? Y ese tipo de cosas son las que dialogamos, no que ahora decimos que si está qué, qué en el pasado que pasaba en estas cosas, pero que no está padre no?
Entonces, sí, creo que ese análisis sí se lleva luego, eh, de forma muy, muy distinta cuando estamos entre mujeres y residencias o que estamos con hombres que luego les cuesta un poco como, como ponerse tomar, les llaman en cuestión de perspectiva de género ponerte estas gafas. Este púrpuras que atraviesan y ves todos con perspectiva de género, iones que surgen a partir de los libros?
En tu opinión, ¿cuáles son autoras que vale la pena leer para empezar a reconectar con el hábito de la lectura? ¿Hay alguna que nunca falla?
Yo creo que Virginia Wolf nunca falla. O sea, sí, me encanta como, eh, recomendar un cuarto propio por que el cuarto propio no es necesariamente, tener un estudio, tener un cuarto donde podamos crear y nada, sino tomarnos el tiempo para nosotras y conectar y leer. O sea, lo llevo un poco como. Ahorita el club de lectura, ellas a través de la literatura es como nuestro cuarto propio colectivo, pero el que tú te tomes ese espacio lo hace propio, no fuera de nuestras, actividades cotidianas que luego implican como que se le cargan a la mujer, no, por ejemplo, muchas tienen que trabajar.
Y aparte de trabajar, tienen que llegar a casa a hacer las labores domésticas, algunas se encargan de los nietos, otras se tienen que atender a los papás o si están casadas. Muchas todavía siguen atendiendo a los maridos, o sea, y que fuera de esto, de esas cosas cotidianas puedas encontrar esto. Creo que es muy valioso. En medida de lo posible. Por eso creo que es una lectura que no falla, que es y sobre todo para las las mujeres que que no tienen eh, en un contexto como xalapa, que muchas todavía no tienen como la perspectiva de género y que tienes que ir como echando poco a poco, hay mujeres que nunca habían leído a Virginia Wolf o no tenían como esta perspectiva hasta que van leyendo y van analizando entre ellas. Es muy bonito ver que encuentran estos espacios y dicen “ay, yo también me he sentido así” Entonces creo que esa es una que no podría fallar.
¿Qué relación ves entre el cine y la literatura? ¿Crees que una historia se vive diferente cuando se lee que cuando se ve?
Hay muchas cosas. O sea, es muy diferente porque tú, como escritor, escritora vas llenando de tanto detalle que tú haces que te lo imagines? No, la imaginación es muy bella. O sea, imaginar siempre es hermoso, no? O sea que te comenten, por ejemplo, el centro de la ciudad de México en una le lectura, no?, pero en los años, en el futuro no este que todavía. No te lo puedes imaginar. O París que siempre sale mucho el “Ay, París. Sí, París” y te haces un imaginario de París muy bello.
Pero es tu imaginación, tu propuesta al final, aunque lo ves poco a poco detalladamente. Cada quien se va haciendo imaginarios. Esa es una parte. Y eso es muy bello. Tal vez también son los detalles. O sea, te puedes aventar un libro de muchas páginas, muchas historias o la misma historia, pero una historia extensa puedes saltar de un momento a otro largo, o sea, las elipses de tiempo, no?
No importa, porque puedes seguir y seguir. Y al otro año, la otra página, ya estás en hace 20 años y en la siguiente está en 500 años después, etcétera. Y en miles de lugares, en el cine es diferente porque hay que adaptar y existen distintos tipos de adaptaciones y siempre implica mucho dinero.
Entonces tienes que ver cómo adaptas para mostrar las cosas, qué tipo de de adaptación, cuánto tienes de presupuesto para montarla, y también que de ahí cómo lo vas a contar en imágenes y sonidos porque en ese cuando estás pasando, no. Muchas veces los lectores no aficionados a alguna gran novela y ven la adaptación y dicen “no me gustó”, “No, no cuenta, no me contaste esto”, “es que en esto decía así”, pero espérate, o sea, resulta que que estoy haciendo este tipo de adaptación no es una adaptación literal y aparte pues hay cosas que el el escritor en la novela te puede de tallar muy muy a detalle como “y los la tristeza de los ojos y el llanto como una lluvia de o de de invierno se congelaron” y todo okey pero cómo yo voy a mostrar esos sentimientos en imágenes? No? Entonces, por eso es que tienes que ir acotando hay cosas que no pueden surgir. Cómo traspas eso que no se puede ver en pantalla, hay que quitarlo o ver de qué forma se transforma en en algo visible en algo tangible.
Si pudieras resumir en una frase lo que la lectura te ha dado en la vida, ¿cuál sería?
Pues ver la vivencia de otras vidas. No la suena redundante, pero sí, justo es lo que a mí me gusta de ser guionista, que a partir de que escribo, puedo experimentar otras vidas en los personajes, pero también a partir de que leo también puedo sentir y ponerme en los zapatos de esos personajes que se siente bonito, o sea, creo que es como darle un poco la vuelta a la muerte, ¿no? Solo tenemos una vida y soy Ingrid, soy guionista, soy cineasta, etcétera. Pero creo que a través de la literatura y del cine, podemos experimentar otras vidas. Por eso digo la vivencia de otras vidas.