Entrevista a Humberto García: “Para ser músico la clave es la constancia”.
Por: Kevin Heman

Humberto García ha desarrollado una destacada trayectoria musical, participando en diversas agrupaciones a lo largo de su vida. Su carrera ha estado marcada por el compromiso con la música y por el deseo constante de generar momentos de alegría a través del ritmo. Cada presentación ha tenido como propósito principal hacer que el público disfrute, baile y se conecte con la energía que transmite la música en vivo.
En esta entrevista, nos hablará sobre los momentos clave de su carrera, sus influencias musicales y cómo ha logrado mantener viva su pasión por la música a lo largo de los años.
¿Qué lo llevó a elegir la trompeta como su instrumento principal?
La trompeta es un instrumento cuyo sonido destaca definitivamente. Es muy sobresaliente en las orquestas, y su carácter melódico y brillante la hace única, conformando así su identidad como instrumento.
¿Recuerdas cómo fue su primera experiencia tocando frente a una audiencia?
Pues fue algo de mucho orgullo, de mucho gusto, porque eran momentos en los que yo empezaba a sentirme más realizado como músico. Ya el hecho de trabajar frente al público representa una responsabilidad muy grande, especialmente con el instrumento que yo toco.
¿Cuáles son los mayores desafíos técnicos que enfrenta un trompetista?
Los desafíos técnicos que uno tiene están en la embocadura. Técnicamente, la boquilla circular es un reto muy grande para cualquier trompetista, porque si no eres constante ensayando, no vas a dar el rendimiento que la música te exige. Por eso, la embocadura es, sobre todo, lo principal que uno tiene que cuidar en el instrumento.
¿Cómo maneja la presión al hacer un solo de trompeta?
Un solo no se trata solo de tocar con fuerza o presión, sino de hacerlo con expresión. Un solo en un instrumento es como si alguien cantara: si no se interpreta con emoción y claridad, no llega al oído de quien escucha. El instrumento puede producir muchas vibraciones, pero depende de ti dárselas. Por eso, un solo necesita siempre tener expresión para que realmente lo sea.
¿Qué es lo que más disfrutas al tocar la trompeta?
Lo que más disfruto es ver que todo me salga bien. Si todo me está saliendo bien, lo disfruto mucho más. Esa es la idea: tocar con la intención de que todo fluya. Y si estás tocando bien, ya sea en un grupo musical y ves que la gente está animada, bailando, eso es algo muy agradable para uno como músico.
¿Cómo cuidas tu instrumento para mantenerlo en perfectas condiciones?
Lo que hay que hacer con el instrumento es mantenerlo muy limpio por dentro: limpiar los pistones, los émbolos y asegurarse de que esté libre de sarro y de cualquier suciedad bucal.
¿Hay alguna pieza que siempre te guste tocar sin importar cuántas veces la interpretes?
Dentro de lo musical, sí, porque mi género favorito siempre ha sido el tropical. Para mí, hay una pieza muy popular de la Sonora Santanera que se llama La Boa. Es una canción que, si no es a miles, a millones de personas se les queda en la cabeza, y al escucharla, les dan ganas de bailar.

¿Qué consejo le darías a alguien que esté comenzando a aprender sobre la trompeta?
Como consejo, si de verdad tienes ganas de aprender a tocar la trompeta, tienes que ser insistente y estudiar mucho. De otra forma, si lo tomas como algo pasajero, nunca vas a llegar a ser un buen músico. La clave es la constancia.
¿Qué papel crees que tiene la trompeta en una banda o orquesta?
La trompeta tiene uno de los primeros papeles, porque suele llevar las primeras voces en una orquesta. Aunque también están los clarinetes y los saxofones, la trompeta es un instrumento que encabeza en su totalidad, es muy principal dentro de la orquesta.
¿Cómo ha cambiado tu relación con la música desde que empezaste hasta ahora?
Muchísimo, la verdad, porque si lo pensamos bien, comenzamos desde cero y ahora estamos en un diez. Es como contar del uno al diez: empezamos sin nada, y gracias a Dios, mi carrera como músico nunca se truncó. Siempre me he superado, llegando a formar parte de buenas orquestas, que es lo importante. No quería ser, como se dice, un músico del montón, sino un músico con lectura, porque estudié música. Para ser un buen músico, hay que saber música; de otra forma, solo eres músico lírico. Mi preocupación siempre fue ser un músico lector, y eso es lo que me ha llevado a estar en buenas orquestas y crecer como profesional.
¿Cómo ves el futuro de la trompeta en la música contemporánea?
El futuro de la trompeta sigue siendo muy prometedor y bien aceptado. La trompeta no va a desaparecer. Claro, hoy en día existe la música electrónica, pero cuando hablamos de instrumentos reales, no podemos comparar lo electrónico con la música viva. El sonido de un instrumento, como el de la trompeta, es único. La trompeta siempre será la trompeta y siempre irá hacia adelante. Tiene un futuro asegurado y nunca va a quedar por debajo de nada.
¿Qué crees que distingue a un gran trompetista de un buen trompetista?
Hay dos variantes: una es la del músico clásico, que toca música clásica, y la otra es la del músico que toca música popular. Esa es la diferencia principal. En la trompeta, el sonido en la música clásica es muy distinto al de la música popular. Aunque la preparación puede ser la misma, el estilo cambia completamente. El músico clásico debe darle un tipo de sonido muy diferente al instrumento, comparado con quien toca música popular. Esa es la gran variante entre ambos.
¿Cómo manejas los errores o accidentes en medio de una presentación en vivo?
Los errores sirven para ampliar el conocimiento musical y para no volver a cometerlos. Si te equivocas, lo importante es estudiar y corregir ese error para que no se repita.
¿Qué sientes cuando logras transmitir las emociones de la música a través del sonido de tu trompeta?
Pues es un gran gusto, porque es una prueba de que estás haciendo bien tu trabajo, sencillamente.
Con cada acorde y cada canción, Humberto García ha logrado transmitir no solo su amor por la música, sino también su capacidad para conectar a las personas a través del arte del ritmo. Su legado no solo reside en las notas que ha tocado, sino en la energía y la emoción que ha sabido generar en cada presentación, convirtiendo cada encuentro con el público en una celebración de la vida misma.