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Mario de Jesús: “Una vez rompí un motor, un escape y un tanque de gasolina”

Por: Alejandro Alemán

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Mario de Jesús Landa dejó sus estudios escolares desde los 14 años. Desde entonces ha dedicado toda su vida, gran parte de su tiempo y esfuerzo al mundo automotriz. Gracias a su constancia y su gran labor con los carros es considerado como buen “maistro” a sus tan solo 29 años, que aunque no sea un título universitario, para él, es un título que lo llena de orgullo.

Su historia como mecánico comenzó desde los 10 años gracias a su tío, quien trabaja en un taller y poco a poco fue instruyendo a Mario sobre las herramientas y los elementos básicos de un carro, “como a los 14 años mi mamá me dijo que me fuera a trabajar con mi tío, como por un año me la pasé trabajando y me fue suficiente para asegurarme que esto era lo que me gustaba”, mencionó.

“Al inicio no me fue muy bien, incluso recuerdo una vez en la que rompí un motor, un escape y un tanque de gasolina en una misma semana, por suerte no me lo cobraron y aún así me pagaron lo de mi semana pero fue la peor semana que he tenido en la chamba y es una de las lecciones de la que más he aprendido”, comentó entre carcajadas.

 

Hubo una etapa de su vida en que su rumbo se desvió hacia la albañilería, recibía mejor paga, pero quiso hacer lo que desde un inicio le apasionó. “En su momento, no me pagaban muy bien, a lo mucho 200 pesos a la semana, eso me hizo pensar en dejarlo a un lado. Incluso me ofrecieron entrar como albañil donde me pagaban 1,200 y aunque lo intenté, no aguanté, no me gustó y decidí retomar la mecánica. Ha sido de las mejores decisiones que he tomado hasta el momento”, expresó.

 

Tras la decisión de comenzar a trabajar y mantenerse en su profesión durante ya 19 años explicó que su familia siempre lo han apoyado desde el momento uno hasta la fecha, “el costo que tuve que pagar al entrar a trabajar fue el hecho de ya no ver a mi familia tan seguido, únicamente los visito los domingos por todo el trabajo que tengo de 8 de la mañana a 8 de la tarde, pero siempre han estado presentes apoyándome desde que abandoné los estudios”.

 

“Actualmente trabajo en un taller que no es propiamente mío, hay un señor que fue de los primeros con los que inicié y me jaló para chambear aquí, entonces como ya es un poco grande él está en las mañanas y ya en la tarde me meto yo de encargado”, agregó.

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Lo que más disfruta de su profesión es el hecho de armar y desarmar motores, “porque así mantengo mi concentración, lo hago solo, sin presiones, nadie me estresa, ya sabes, con la coca a un lado que nunca puede faltar y justo cuando armé un motor de un de una Chevrolet Captiva por ahí del 2013 como a mis 18 años fue que dije, que chingxx que ejerzo esta profesión”, comentó.

 

“Me ha pasado de todo en este trabajo, luego toca aprender a sobrellevar clientes que a veces son demasiado chocosos, que no te dejan recargarte en los carros y se ponen de especiales. Pero también me ha dado grandes satisfacciones, gracias a mi constancia y a todos aquellos clientes que se van satisfechos por mi trabajo y terminan recomendando mi labor, he logrado unas cositas por ahí, un poquito de dinero, tengo mi terreno, unos carros, y me ha permitido mantener a mi familia”, dijo serenamente.

 

Aunque ha estado satisfecho de los resultados que ha obtenido, aún tiene bastantes metas en proceso y por cumplir, “a pesar de mi edad y lo que he logrado, aún me faltan metas por cumplir. Quiero construir mi propia casa, precisamente en el terreno que compré después de tanta chinga, y ahí voy poco a poco, porque si algo me ha enseñado este proceso es que el tiempo lo da todo a su debido momento”, expresó.

 

“Espero que en 10 años pueda tener mi propio taller completamente, tener trabajadores, poder descansar un poco, continuar en esto y que todo se vuelva más tranquilo. Así sabré que aquel propósito que se propuso ese chamaco de 10 años, se ha logrado”, añadió con una sonrisa en el rostro.

 

Finalizó reflexionando sobre lo que ha pasado durante este largo periodo de trabajo constante y que se aconsejaría a sí mismo años atrás, “si pudiera regresar el tiempo me aconsejaría que no fuera tan atrabancado, porque eso una vez hizo que tirara una barda cuando estaba moviendo un carro y en esa ocasión sí me costó caro. También me diría que mantenga esa constancia, siempre tenga un objetivo fijado y que los resultados llegarán por sí solos”.

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