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Entrevista a Aztlan: “Se arte, busca el arte y consume el arte”.

Por: Kevin Heman

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Aztlán se perfila como una de las bandas independientes más prometedoras del momento. Conformada por cuatro jóvenes talentosos, ofrece una propuesta musical fresca e innovadora. Su autenticidad y pasión la posicionan como una voz emergente en la escena alternativa.

 

En esta entrevista se explora lo que implica ser una banda independiente en la actualidad, así como los retos y obstáculos que suelen enfrentarse en el camino. A través de sus experiencias, se revela el esfuerzo que hay detrás de cada acorde y cada presentación.

¿Cómo definirían el sonido y el estilo de su banda?

Pues yo lo catalogaría así súper puntualmente como rock alternativo, Incluso un poco de indie, pero justamente tiene muchos matices de ritmos latinos, boleros y pues todas estas influencias que nos gustan.

 

¿Qué los inspira a la hora de componer?

Creo que nuestro proceso creativo consiste en fluir con lo que vamos construyendo, y una vez que sentimos que ya hay una base, se va consolidando. Cada quien va aportando elementos con su estilo y su forma de ser.

 

¿Qué tan importante es para ustedes la independencia como artistas?

Siento que la banda surgió para romper con esa misma estructura. Antes teníamos una banda llamada Signos, en la que tocábamos lo que creíamos que a la gente le iba a gustar. Pero cuando nació Aztlan, quisimos romper con esa idea, con esa norma de que, para ser buenos, tienes que tocar las canciones que todos aman. No queremos ser lo típico.

 

¿Qué temas sienten que necesitan contar a través de su música?

Como nuestra manera de componer es más bien fluir, no partimos de un tema específico, sino de una especie de introspección. Soltamos palabras y frases que quizás no tienen un significado tan directo, pero que de algún modo funcionan como una catarsis: para las ilusiones, las alegrías, el desamor, el amor… En general, se trata de expresar nuestra vivencia.

 

¿Qué significa para ustedes ser una banda independiente en la actualidad?

Significa mucho sacrificio: tocar muchas puertas, hacer presentaciones sin recibir paga y machetearle duro, porque la verdad es que en la escena xalapeña hay muchas bandas, muchos músicos, muchos artistas. Así que, si te vas a adentrar en esto, tiene que ser porque realmente amas hacerlo. Ser un músico independiente es aferrarte a algo que, sinceramente, es muy complicado.

 

¿Qué ventajas y qué desafíos han enfrentado fuera de la industria tradicional?

Como comentamos, tratamos de escapar un poco de lo tradicional, pero al mismo tiempo es una ventaja tener como referencia el trabajo de otras bandas y músicos. Las bandas vienen a proponer ciertas estructuras musicales, ciertas composiciones y letras que, de algún modo, resuenan en la mayoría de las personas. Así que sí, buscamos influenciarnos de eso, pero sin quedarnos enfrascados.

 

¿Cómo perciben el apoyo del público y de los medios en general hacia las bandas emergentes?

El problema es que ya no estás tocando para gente nueva, sino para el mismo público que siempre te va a escuchar. No es que no haya gente, sino que el público que hay aquí ya conoce las canciones, por la gran cantidad de bandas que existen en Xalapa. Siento que el público xalapeño no crece, y eso lo hace complicado. Es muy difícil salir de esa burbuja, porque al final de cuentas, el público es prácticamente el mismo para todos. Y lamentablemente vivimos en un México centralizado, donde se cree que la popularidad solo puede venir de la capital.

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¿Qué creen que le hace falta a la escena independiente para que se fortalezca más?

Tiene mucho que ver con la pregunta anterior: es el mismo lugar para todas las bandas. Por eso creo que debería haber más difusión hacia otros espacios. Y para fortalecer la escena, siento que necesitamos ser más solidarios, ayudarnos entre todos, compartir el escenario sin prejuicios ni envidias. Porque sí, suele haber muchas rivalidades entre bandas, pero no se nos va a acabar el mundo; hay tiempo y espacio para que cada quien pueda brillar.

 

¿Creen que el algoritmo de las redes sociales ayudan o perjudican a las bandas emergentes?

Creemos que puede serlo, pero a la vez no, porque lo vemos como un medio, aunque ese mismo medio a veces nos perjudica. Es decir, no somos solo la música, somos también la imagen. Puede ser una herramienta, sí, pero tanto la sociedad como el propio medio limitan la autenticidad de los creadores. Tú puedes grabar algo, pero si tiene mala calidad de imagen, si las personas no se visten “bien”, si no son guapas según los estándares hegemónicos, a la gente simplemente no le va a gustar. Porque, tristemente, vivimos en una sociedad visual. Si alguien no entra en esos estándares, es muy probable que sea rechazado. Y cuando entras en el mundo publicitario, empiezas a preocuparte por cosas en las que antes ni pensabas. Terminas sin ser tú, terminas siendo lo que los demás quieren que seas.

 

¿Cuál es su postura ante la “viralidad”? ¿Buscan ser virales?

Tal vez no es lo principal, pero sí es una señal de que lo que haces le gusta a la gente. Aun así, ese no es nuestro objetivo. Nosotros nos conformamos con tener un pequeño público al que realmente le guste lo que hacemos, que nos siga y nos admire de verdad. Eso es algo fundamental para nosotros, más que la cantidad. La viralidad nunca ha estado dentro de nuestros objetivos como banda, porque nunca nos lo hemos planteado. Siempre hemos estado aquí por la música, por crear, y, sobre todo, por divertirnos.

 

¿Qué sueñan lograr como banda?

Primero que nada, queremos estar satisfechos con lo que logremos en cuanto a composición y concepto. No queremos ser solo una banda más, sino tener música propia grabada que, de hecho, ya está en proceso. También deseamos que Aztlan impregne a Xalapa con la esencia de nuestra música, que se vuelva parte de este sueño colectivo. Tal vez no seamos los más virtuosos ni los más famosos, pero sí queremos que un pedacito del corazón de cada uno de nosotros se quede en la atmósfera de Xalapa.

 

¿Qué mensaje le dejarían a otras bandas que están empezando?

Que lo disfruten, que lo vean como algo entre amigos. Eso les va a permitir fluir. No importa si tocan puros covers o canciones propias; al final, si lo hacen suyo, va a conectar con la gente. No tengan miedo, láncense. No importa si no se sienten completamente preparados: si ya están empezando, atrévanse a salir al mundo real. Empiecen a tocar donde sea, a conocer personas. No importa si todavía no tocan como les gustaría o si no tienen todas las canciones que quisieran. Si ya tienen una banda con sus integrantes y aunque solo tengan una que otra canción, no lo piensen tanto: toquen.

 

Y al público que aún no se anima a escuchar lo independiente ¿Que le dirían?

Los invitamos a salir de lo habitual: escuchen nueva música, nuevas bandas, nuevos artistas. Adéntrense en lo que hay en su comunidad y anímense a descubrirlo. Denle una oportunidad a otras propuestas, sobre todo a la música independiente, como en este caso, la de Xalapa o la de su propia localidad. No pensemos que solo los grandes artistas son quienes hacen un gran trabajo musical. Salgan a la calle, vayan a una galería, a un concierto, y se darán cuenta de que hay artistas asombrosos, increíblemente virtuosos, que simplemente no se ven porque no cuentan con los medios. La verdad es que el talento está en todas partes.

 

En un panorama musical cada vez más competitivo, Aztlán demuestra que el talento, la constancia y la honestidad artística siguen siendo pilares fundamentales para abrirse camino. Su historia apenas comienza, pero ya deja una huella que invita a seguirles la pista y creer en el poder de la música hecha desde el corazón.

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